Los números estaban felices. Habían organizado una fiesta con globos, torta y refresco. Todos se pusieron su mejor ropa y se prepararon para ir a la casa de la adición. Allí era donde hacían sus reuniones.
Sólo el cero estaba enojado y no quería ir a la fiesta. El uno, el dos, el tres, el cuatro, el cinco, el seis, el siete, el ocho y el nueve le preguntaron:
- ¿Te duele la cabeza o el estómago?
- ¡no¡
- respondió el cero.
El cero, redondo redondo, se puso nervioso y giraba de aquí para allá como un aro.
- ¡vamos, dinos lo que te pasa¡ - le dijeron los otros números.
El cero empezó a llorar y dijo :
- Es que yo no valgo nada. Un cero no vale nada.
Todos se echaron a reir y le explicaron :
- tú vales mucho - le dijo el uno - . Si te pones a mi lado, los dos juntos valemos diez.
Los demás números estuvieron de acuerdo con que un cero a su derecha valía mucho. Al cero se le fueron secando las lágrimas y al fin se calmó. Y fue muy contento a la fiesta, donde sus compañeros lo nombraron...¡el número más importante de todos¡.
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1 comentario:
Muy hermoso, me esta ayudando mucho para enseñarle a mi hijo a contar.Gracias
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