jueves, 1 de julio de 2010

Plan Lector.Mes de julio 2010. El Cóndor de los Andes.

Colección: Historias deliciosas

Autora: Teresina Muñoz Najar

Año de Edición: 2008

Financia y promociona el libro: Wong-Metro

Título: El Cóndor de los Andes





¡SOY EL AVE MÁS GRANDE DEL MUNDO!

Soy hay tres cóndores en todo el planeta: el cóndor real, el de los Andes, que soy yo, y el cóndor californiano, que es muy simpático pero no es tan grande como yo al momento de desplegar sus alas.


Cuando los cóndores andinos las abrimos para estirarnos y echarnos a volar ¡Medimos más de tres metros!. Nuestro vuelo es espectacular, mucho más impresionante que el de una avioneta, pues parecemos cometas gigantes jugando con el viento. Los tres pertenecemos a la familia de los buitres del nuevo mundo, donde también están los zamuros (conocidos como gallinazos o zopilotes).


CABEZITA PELADA
Además de ser un ave grande y majestuosa, mi cabeza es muy divertida porque no tiene ni una sola pluma, es medio rojiza y mucho más pequeña que mi enorme cuerpo. Mi pico puede compararse a un gancho, más filudo que los cuchillos de los mejores cocineros. Los cóndores machos nos distinguimos de las hembras por nuestra cresta roja, también llamada "carúncula", y muy parecida a la de los pavos y los gallos.

Otra diferencia con las hembras es el color de los ojos: ellas los tienen rojos y nosotros marrones. tanto en la cara como en el cuello tengo muchas arrugas. Por mi mirada pareciera que ando de mal humor, pero no es así. Lo que pasa es que siempre estoy atento y vigilando lo que sucede a mi alrededor.


NEGRO TINTO, RETINTO

Mientras voy creciendo el plumaje de mi cuerpo es de color marrón, a través de los años lo voy mudando y mudando. Eso quiere decir que mis plumas van cambiando por otras cada vez más oscuras. A los ocho años, cuando me he convertido en todo un adulto, mi plumaje adquiere un color negro azulado.


Alrededor del cuello tengo un collar de plumas blanquísimo que abriga mucho mi cabeza pelada y, sobre las alas, una gran banda de plumas blancas. Soy un ave muy peculiar pues no hago ningún ruido. Como nuestra amiga la cigüeña, los cóndores nacemos sin "siringe", que es el órgano vocal de las aves. Si lo tienen, por ejemplo, los canaritos cantarines y los loritos habladores.


EL VUELO DEL CÓNDOR

Además de ser el ave más grande de todo el planeta soy la que más alto vuelo. Puedo subir ¡Hasta los 7,000 metros de altura! Cuando los hombres tienen la suerte de verme volar se quedan admirados.





¡VEN A CONOCERME AL CAÑÓN DEL COLCA!

Hay un sitio muy especial, uno de mis favoritos, donde todos los niños pueden verme volar en mi hábitat natural. Queda en Arequipa, a tres horas en carro desde la ciudad. Es el valle del Colca, convertido hoy en un gran atractivo turístico gracias a Mauricio de Romaña, un señor que ama mucho la naturaleza. El viaje es muy entretenido porque en el camino pueden verse vicuñas y vizcachas.



Ya en el valle, hay que visitar el famoso cañón del Colca, el más profundo del mundo, que es donde vivo yo. Para verme, todos los turistas tienen que despertarse a las cinco de la madrugada, salir de sus hoteles y dirigirse al Mirador del Cóndor. Deben pararse en silencio y observar detenidamente la parte más alta del cañón.



ESTE ES MI HOTEL.... SE LLAMA "DORMIDERO"

La verdad es que los cóndores tenemos muchos "dormideros" porque no siempre pasamos la noche en el mismo lugar. Son sitios parecidos al cañón del Colca. O sea, grandes cuevas y peñascos altos donde grupos de cóndores conformados por machos, hembras y cóndores jóvenes, nos acomodamos para dormir.



Nuestro hotel debe estar protegido de la lluvia y del viento y, mientras más temprano nos alumbra el sol, más felices despertamos. Además, cuando elegimos un lugar para dormir es porque por ahí cerca está nuestra comida. Como todas las aves de nuestra familia, los cóndores nos alimentamos de "carroña".



¿QUÉ ES LA CARROÑA?

A diferencia de mi amigo el puma, que se alimenta de las presas que caza, yo me como a los animales que ya están muertos. Y un animal muerto es "carroña". Puedo comer hasta cinco kilos de comida en un día y también puedo pasar dos semanas sin probar un solo bocado. Así somos los cóndores.



Los carroñeros cumplimos una función muy importante en la naturaleza pues al comer hacemos que desaparezcan restos que se descomponen y que no sirven para nada. Por algo mi familia se apellida CATHARTIDAE, una palabra que viene de otra palabra del idioma griego: "kathartes" que significa "el que limpia". Eso quiere decir que soy como una escoba con plumas que barre una zona de la Tierra y la deja limpiecita.



¡MAMÁ CÓNDOR HA PUESTO UN HUEVO!

Los cóndores solo tenemos una pareja a lo largo de nuestra vida. Eso significa que somos "monógamos". Cuando mamá cóndor tiene ocho años pone un solo huevo que anida en una de las cuevas donde vivimos. Pasados 60 días nace el bebé cóndor. Tanto papá como mamá cuidan mucho a su cría y la alimentan hasta que cumpla seis meses y pueda volar sola.



Pero recién al año y medio de nacido, el pequeño cóndor deja el nido para siempre y se va con las otras aves de su misma edad a disfrutar y a jugar con el viento. Para entonces ya está muy seguro de lo que hace y hasta sabe cómo conseguir su comida y pelear por ella.




¿POR QUÉ TIENEN QUE CUIDARME?


Soy un ave que existe desde hace miles de años. Fui muy importante para los antiguos pobladores del Perú pues me veían como un símbolo de fortaleza y de inteligencia y creían que, gracias a mí, el Sol salía cada mañana, pues con mi fuerza yo lo llevaba a la parte más alta de las montañas.



Todos me querían mucho y ahora me pueden ver en los museos en vasijas y huacos hechos por los antiguos peruanos. Pero ¡qué pena tan grande!, cada vez existimos menos cóndores y si no se hace algo por nosotros podríamos extinguirnos. Durante mucho tiempo los hombres nos han cazado con escopetas o nos han atrapado para vendernos, aunque eso está prohibido.



EL GRAN PLAN CÓNDOR


Un grupo de gente preocupada por nuestra situación se ha reunido para hacer un plan de conservación del cóndor en el Perú. Entre ellos está nuestro querido amigo Heinz Plenge. ¡Sí, el mismo que dirige la Reserva Ecológica de Chaparri, donde se protege a los ositos de anteojos y a otros animales, y que trabaja codo a codo con los campesinos de Santa Catalina de Chongoyape, en Chiclayo!




Estas personas van a averigüar, en primer lugar, cuántos cóndores hay en el país y luego van a cuidarnos y tratar de que con el tiempo nuestra población aumente mucho. Por lo pronto, en Chaparri hay una jaulota donde se recibe a los cóndores que la policía ecológica rescata de las personas que quieren vendernos o llevarnos a los circos.




EL MUNDO DE LOS BUITRES DEL NUEVO MUNDO


Los siete integrantes de mi familia somos ¡LO MÁXIMO! Mi nombre científico es VULTUR GRYPHUS y no solo soy el más grande sino el más admirado de todos.




Además del cóndor real (que vive en la selva) y del cóndor californiano, están el zamuro grande de cabeza amarilla, el zamuro pequeño de cabeza amrilla, el zamuro de cabeza colorada y el zamuro negro. Los científicos dicen que los buitres del nuevo mundo, por nuestras costumbres y comportamiento, estamos emparentados con las cigüeñas. Los buitres del viejo mundo son parientes muy lejanos. Se parecen a mí por la cabeza peladita pero no tienen mi gran olfato.




Plan lector. Mes de julio 2010. El puma andino

COLECCIÓN: Historias deliciosas


AUTORA: Teresina Muñoz-Nájar


AÑO DE EDICIÓN: 2008


PROMOCIONA EL LIBRO: Tiendas Wong - Metro


TÍTULO: El puma andino






PUMA RONRÓN
Soy un animal ágil y muy hermoso, el segundo felino más grande de América y el cuarto más grande del mundo después del tigre, el león y el jaguar. Pero aunque soy tan importante no puedo rugir como ellos. Yo más bien ronroneo, igual que mis parientes más pequeños, los gatitos, que también son felinos.


Vivo únicamente en el continente americano y se me puede encontrar desde el Canadá hasta los Andes de América del Sur. Como soy un puma gruñón, me gusta andar solo -especialmente en las madrugadas y en las noches- sin que nadie me moleste, y me adapto de lo más bien a todos los climas.



SALTA SALTARÍN
Tengo unas patas poderosas, especialmente las de atrás, y mis músculos son como los de un atleta. Por eso puedo dar unos saltos enormes. Mis saltos verticales (de abajo hacia arriba o de arriba hacia abajo) pueden medir hasta cinco metros, y mis saltos horizontales (a lo largo) entre seis y doce metros.


También soy un gran corredor, sobre todo de distancias cortas, y un experto escalando cerros y montañas. Imagínense que hay una marca de zapatillas deportivas con mi nombre: Puma. Las plantas de mis patas tienen una especie de almohadita; gracias a ellas, cuando camino o salto parece que lo hiciera sobre algodones. Además, las almohaditas impiden que haga ruido. Por eso, porque no hacemos ruido, se dice que los pumas somos "sigilosos".


BIGOTES MÁGICOS
El color de mi pelaje es muy especial. Si estoy en lugares secos y con poca vegetación es amarillento y cuando voy a sitios más húmedos, como la selva, se torna anaranjado. Fácilmente me confundo con el paisaje. Eso quiere decir que si me quedo quieto, muy quieto, nadie se da cuenta de que estoy presente.



Mis bigotes -que también se llaman VIBRISAS- ¡son geniales!, pues funcionan como antenas que me ayudan a orientarme, sobre todo en la noche. El oído y la vista los tengo muy desarrollados, nada se me escapa... ¡¡Ah!! y mis ojos son encantadores. A veces amarillos y otras verdes.


¡MMMM, TENGO MUCHA HAMBRE!
Se me conoce como un "cazador de emboscada". Eso quiere decir que sorprendo a mi presa antes de comérmela. Cuando estoy en lugares de mucha vegetación me resulta más fácil cazar, ya que me puedo esconder enrtre los matorrales para que nadie me vea.


Es normal que los pumas nos comamos a otros animales más pequeños, como venaditos, aves y roedores. Así es la naturaleza. Además, siempre tenemos que cazar y correterar a nuestras presas pues no estamos acostumbrados a comer en platos servidos.


¡MIRA CÓMO ME TREPO A UN ÁRBOL!
No hay lugar que me guste más que un árbol alto y fuerte. Apenas lo encuentro, con ayuda de mis poderosas patas y de mis fornidos músculos me trepo a él y me echo a dormir la siesta o a saborear mi comida. También me subo a los árboles cuando un animal más grande me persigue, ¡SOY SÚPER ÁGIL!


Y a veces, cuando quiero "marcar mi territorio", o sea, advertir que el sitio es solo mío, araño los troncos y dejo marcas para que los otros animalitos sepan que es mi casa y no se atrevan a entrar. El jaguar es el único animal con el que comparto mi hábitat. Los dos vivimos juntos muy amigablemente. Eso, según los científicos, se llama amistad "simpátrica".


ÉL TIENE MANCHAS, PERO YO NO
Al jaguar también se le conoce con el nombre de otorongo. Mide casi tres metros de largo desde el hocico hasta la cola. En cambio yo mido entre 1.5 a 2.5 metros de largo con la cola incluída. A él se le considera "el rey de la selva" americana y a mí me dicen "león americano".

Mi pelaje no tiene manchas, el del otorongo tiene muchísimas. Sus manchas tienen forma de florecitas. Como ya dije, puedo vivir en todos los climas, hasta en las montañas nevadas más altas de la puna. Él vive en la selva amazónica y en los bosques tropicales de Piura y Tumbes. A los dos nos encanta trepar árboles.


¡LOS PUMA BEBÉ...SON LO MÁXIMO!
La mamá puma tiene a sus cachorritos en la panza durante tres meses aproximadamente. Se guarece en alguna cueva con el fin de que los bebés lleguen al mundo tranquilitos y sin ningún peligro. Generalmente nacen entre uno y seis pumitas, a quienes mamá puma protege muchísimo. Hasta llega a pelear con animales más fuertes con tal de que no les pase nada a sus cachorros.

De chiquitos, los pumitas son preciosos pues lucen un pelaje moteado que, poco a poco, va tomando el color amarillento que tendrá de joven. Hasta los tres meses van de arriba para abajo con su mamá. Y recién al cumplir dos años pueden cuidarse y alimentarse solos.


MI ESTATUA FAVORITA
Para las culturas antiguas yo era muy importante. Hace más de mil años me consideraban un dios, porque soy fuerte y temible. Los historiadores cuentan que cuando los incas fundaron el Cuzco trazaron la ciudad con la forma de un puma, para que fuera el lugar más poderoso del imperio incaico.

Lo mismo se hizo con muchas de sus plazas, que tenían la forma de un puma. Hay quienes dicen que en Machu Picchu, el cerro Huayna Picchu se parece a mí. Y actualmente, en el Valle Sagrado, hay una estatua lindísima de un enorme puma a la entrada del pueblo de Calca. Estoy dibujado en muchas piezas de arte que hicieron los antiguos peruanos. Hay calles con mi nombre como Pumachuku y pueblos como Pumamarca. Y un señor cuzqueño muy valiente también llevó mi nombre, el cacique Mateo Pumacahua.


AHORA TODOS QUIEREN LLAMARSE PUMA
Hoy, en nuestros tiempos, soy también el animalito símbolo de la fortaleza. En Argentina, el equipo de rugby, un deporte que se juega con un balón alargado, se llama "Los Pumas" y ocupa el tercer lugar entre los mejores del mundo. También soy la mascota de la Universidad Autónoma de México y allí todos los estudiantes tienen polos y casacas con mi figura.


En Estados Unidos a los pumas les dicen cougar mountain y ese es el nombre que le ponen a muchas instituciones o empresas. Por ejemplo, el zoológico de Washington se llama Cougar Mountain Zoo. Los pumas somos ¡SÚPER ESTRELLAS!

POR QUÉ TIENEN QUE CUIDARME
Porque vivo en estas tierras desde hace miles de años y no puedo desaparecer. Mi hábitat ha ido disminuyendo pues se construyen carreteras o se talan bosques y me dejan sin espacio por dónde caminar . Entonces, tampoco encuentro presas que cazar y me puedo morir de hambre. Los hombres a veces nos matan para sacarnos la piel y venderla, y eso es muy malo.
O nos matan cuando nos ven cerca de su ganado ya que temen que le podamos hacer daño. En muchos lugares de América del Sur los pumas ya no existimos, por eso estamos en la Lista Roja. La buena noticia es que en California (Estados Unidos) nos están protegiendo mucho y la población de pumas ¡HA AUMENTADO!
EL MUNDO DE LOS FELINOS
En mi familia hay dos grupos de felinos: los grandes y los pequeños. Yo estoy más emparentado con los pequeños solo porque no puedo rugir. Mi nombre científico es Puma concolor.

Los grandes felinos: el león, el tigre, el leopardo y el jaguar pertenecen al grupo Panthera. Y aunque todos los felinos somos diferentes porque unos tienen rayas y otros motas, unos son enormes y otros chiquitos, toooooodos somos ágiles, sigilosos, carnívoros y cazadores ¡COMO YO!


Plan Lector. Mes de Julio 2010: EL MAÍZ

COLECCIÓN: Historias deliciosas

Autora: Teresina Muñoz - Nájar

Año de edición: 2008

Promociona el libro: Tienda Wong y Metro

Título: EL MAÍZ


EL CAMINANTE


Aunque Cristóbal Colón hizo en total cuatro viajes a América, no alcanzó a conocer por completo este hermoso continente. Pero como era muy inteligente y curiosos mandó a sus marineros a explorar las tierras a las que él no pudo llegar.





Así fue como Rodrigo de Jerez y Luis Torres me encontraron en Cuba, hace más de 500 años.




Y es que en esa época, 1492, yo ya me había recorrido casi todo Centro y Sudamérica. Y ya crecía feliz en chacras y huertos, porque era uno de los alimentos más importantes.




Era tan apreciado como el pan que los europeos hacían con harina de trigo y que en esos tiempos era para ellos como una bendición de Dios.




LOS HOMBRES DE MAÍZ




Mi historia es muy, muy antigua. Antonio Brack Egg, un científico peruano que se preocupa mucho por la naturaleza,





dice que nací hace más de 5,000 años y que es muy probable que lo hiciera en dos lugares a la vez: en el Perú y en México.



Los antiguos pobladores de Perú y México tenían sus propias religiones y sus propios dioses. Los mayas que vivieron en México, Guatemala y Honduras, por ejemplo, creían que los dioses habián hecho a los primeros hombres de masa de maíz.



EN LAS NUBES



Una de las diosas de los incas se llamó Mama Sara, que significa "madre de todos los alimentos". Y es que en quechua sara quiere decir maíz. Los incas tenían dioses hombres y diosas mujeres.


Ellos y los hombres que vivieron antes que ellos: los nazca, los paracas, los chimú, los mochicas y otros, bebían chicha preparada con nosotros como ingrediente principal.


La chicha acompañaba las comidas de los antiguos peruanos y también cumplía un papel destacado en sus ceremonias religiosas.



Para ellos, las "huacas" eran como sus templos. Entonces, antes de entrar a la "huaca", derramaban un poquito de chicha sobre la tierra. Era una manera de agradecerle por todos los alimentos que les daba.




EL MAGO MAÍZ




Desde que comienzo a crecer hasta que me vuelvo viejito voy cambiando de nombres y de sabores porque a veces me comen hervido y a veces me tuestan.


En el Perú cuando soy muy jovencito me llaman "choclo" y en México "elote". En otros lugares soy "mazorca". No hay nada más deliciosos que comerme recién cosechado cuando mis granitos están muy tiernos.



EL GRAN SECRETO

Solo tienen que sancocharme un ratito y luego saborearme con un pedazo de queso fresco o con un poco de mantequilla que, como estoy caliente, se derrite.. ¡mmm!

Cuando soy mayorcito me secan y luego me remojan y me hierven para convertirme en "mote". O tambien me tuestan y me llamo "canchita".



Pero eso no es todo: a medio cocer y luego secado al sol y molido soy "chochoca". Y germinado, es decir humedecido dentro de una vasija hasta que me sale una raicilla, me convierto en "jora", que es el maíz con el que se hace la chicha.




Les voy a contar, además, mi gran secreto.

Cuando me hierven con cal o con ceniza mi piel y ese ombliguito que tengo se salen muy rápido. Esto hace que mis granos se muelan con gran facilidad para luego convertirme en tamales o humitas.


Esta forma de cocerme, con la cal o ceniza, la inventaron los antiguos mexicanos y peruanos que ya hacían humitas de maíz fresco y tamales de maíz maduro.



Lo más interesante es que en todo este proceso, que tiene un nombre un poco complicado: NIXTAMALIZACION, mi valor nutritivo aumenta muchísimo.



Las tortillas, que los mexicanos comen a toda hora, son muy nutritivas. Se comen solitas como pan o rellenas en su popular forma de "taco"




DE COLORES




Soy blanco cuando estoy tierno y medio amarillito cuando me sancochan, pero puedo ser de varios colores: rojo, morado, anaranjado, negro azulado.



El doctor Brack Egg dice que somos de muchas razas y que tengo unas 36 variedades. Y como ocurre con mi vieja amiga la papa, a mi también me estudian y me mejoran.

Hay dos variedades de maíces que a mi me encantan. Uno es el maíz que crece en el Valle Sagrado, en el Cusco, y otro es el maíz morado.


El cusqueño -que soy yo- es de una calidad inigualable. De granos enormes y deliciosos. ¡Soy apreciadísimo! Con el maíz morado se preparan la famosa chicha y la mazamorra morada. En México también hay maíz morado, pero allí a nadie se le ha ocurrido convertirlo en chicha.


CAMINO A LA FAMA


Llegué a España luego del primer viaje de Colón. Al comienzo solo me utilizaron para comida de gallinas y pollos y mi follaje, que son las hojas que tiene mi planta, se lo daban a las vacas y ovejas.

Pasados cien años se dieron cuenta de que era un gran alimento. No pude desplazar en importancia a mi amigo el trigo, el cereal favorito de los europeos, pero no me importó.
Y es que a mí también me pasaron cosas buenas. Aparecí por todas las ciudades de Europa y también del Africa. Los italianos se encantaron conmigo, y su polenta, que antes de conocerme la hacían con "mijo", un grano de la India, la comenzaron a hacer con mi harina.


Hay una novela que se llama "Gargantúa y Pantagruel". La escribió el francés Rabelais, en 1532.


¡Yo aparezco en la novela convertido en polenta! Gargantúa y Pantagruel eran unos gigantes gigantísimos que tenían que llenar sus enormes barrigas con mucha comida: ¡Y me comieron a mí!

También me hice famoso en la forma que más les gusta a los niños, es decir como palomita de maíz. Y no es un invento reciente. Los antiguos peruanos y mexicanos ya sabían tostarme para que yo explotará y saliera disparado y volando como una palomita de la olla de barro.

¡Soy un cereal famoso y divertido!